Historia de las llantas

El veterinario John Boyd Dunlop es el único candidato posible para ser nombrado el único creador del neumático. Lo hizo en Escocia en 1888. Su idea consistía en instalar tubos de caucho inflados cubiertos de lona en las ruedas de los triciclos de madera. La consecuencia fue la invención por su parte de las primeras ruedas neumáticas con cámara de aire.

A este hallazgo le siguieron los avances. El primero, y más importante, fue el neumático desmontable de Michelin, que facilitaba mucho el mantenimiento.

Poco a poco surgieron y se desarrollaron las primeras empresas de neumáticos de renombre, como Michelin, Continental y Goodyear. Gracias a su invención de neumáticos con talón y flancos rectos o semirrectos, junto con Firestone, la primera de ellas ya era la más importante del mundo en 1916.

La década de 1920 supuso un punto de inflexión tecnológico en la historia de los neumáticos. Entre los puntos de inflexión se encuentran la estructura de lonas radiales (1933), que añadía estabilidad y resistencia, pero no se puso en uso hasta 1950, y la incorporación de tacos para nieve o hielo.

Con su neumático de seguridad, Dunlop realizó un avance más que notable años más tarde. Al carecer de cámara de aire y el calor liberado cuando el neumático se rompía, se producía un líquido sellante que hacía que el neumático se desinflara gradualmente en caso de reventón.

Otro punto de inflexión fue la introducción de los neumáticos runflat en 1986, fabricados por Bridgestone para aumentar la seguridad y el ahorro de combustible. Originalmente vistos en el Porsche 959, ahora son una característica común en muchos vehículos caros. Bridgestone suministró neumáticos a la Fórmula 1 de 1997 a 2010, periodo durante el cual llevó a cabo las pruebas de este importante desarrollo tecnológico.

Como puede ver, los neumáticos tienen una historia complicada y no tienen nada que ver con los que Dunlop creó en 1888, pero todo habría sido totalmente distinto de no ser por él.